Ten piedad de mi y ayúdame,
¡Oh bendita santa Inés, ya que eres
una de las más resplandecientes entre los santos!
¡Oh niña inocente, libera mi corazón de la pena,
líbralo de seguir sufriendo angustia y desesperación!
Concédeme la alegría del regreso de mi amado,
que traerá la paz a mi espíritu y la felicidad a mi vida,
porque si él hasta el aire me falta.
Igual de dulce y fuerte que es, oh Santa Inés,
el amor que sientes por tu Esposo Jesús,
siento yo en mis entrañas el amor por________
ese amor que se apodera de los corazones inocentes,
para transformarlos en corazones intrépidos!
¡Oh bendita santa Inés, ya que eres
una de las más resplandecientes entre los santos!
¡Oh niña inocente, libera mi corazón de la pena,
líbralo de seguir sufriendo angustia y desesperación!
Concédeme la alegría del regreso de mi amado,
que traerá la paz a mi espíritu y la felicidad a mi vida,
porque si él hasta el aire me falta.
Igual de dulce y fuerte que es, oh Santa Inés,
el amor que sientes por tu Esposo Jesús,
siento yo en mis entrañas el amor por________
ese amor que se apodera de los corazones inocentes,
para transformarlos en corazones intrépidos!
Así sucedió contigo y por eso recurro a ti,
porque de la misma manera
porque de la misma manera
que tu renunciaste a el mundo, a todos sus goces,
que aceptaste el suplicio y sus tormentos,
y todo ello era sin importancia para ti,
mi vida ha dejado de tener sentido sin mi amado,
y me siento desfallecer día a día.
A ti el juez pagano te condenó
a un insulto peor que mil muertes,
sin saber que el Ángel del Señor te defendería.
¿Por qué no tuviste temor?
Fue porque el amor de Jesús llenó tu corazón.
La hoguera no era nada, la espada no era nada,
incluso el infierno que movían los hombres,
no significó nada para ti,
porque tu amor te decía bien alto,
que ninguna violencia humana sería capaz
de arrebatarte el corazón de Jesús, tu divino Esposo;
tenías su palabra y conocías muy bien su fidelidad.
A mi me han arrebatado a mi amor, bendita santa,
el dolor que sufro es inmenso,
la desesperación me invade y no encuentro solución,
solo tu puedes comprenderme y ayudarme,
abriendo su corazón a los sentimientos más dulces,
susurrándole al oído que soy su fiel compañía,
recordándole que el amor no puede acabar
que ninguna violencia humana sería capaz
de arrebatarte el corazón de Jesús, tu divino Esposo;
tenías su palabra y conocías muy bien su fidelidad.
A mi me han arrebatado a mi amor, bendita santa,
el dolor que sufro es inmenso,
la desesperación me invade y no encuentro solución,
solo tu puedes comprenderme y ayudarme,
abriendo su corazón a los sentimientos más dulces,
susurrándole al oído que soy su fiel compañía,
recordándole que el amor no puede acabar
de una manera tan abrupta, cruel,
y que dentro de el (ella) todavía quedan las brasas
que harán revivir el fuego que una vez sentimos.
Inés bendita, tus luchas me conmueven
hasta llorar al oír contar tu heroica conducta,
pero mi estado de ánimo
y que dentro de el (ella) todavía quedan las brasas
que harán revivir el fuego que una vez sentimos.
Inés bendita, tus luchas me conmueven
hasta llorar al oír contar tu heroica conducta,
pero mi estado de ánimo
no es tan fuerte como el tuyo,
y sucumbiré si tu me fallas,
deseo con toda mi alma volver a ser feliz,
volver a despertar cada día junto a mi amor,
volver a ver su sonrisa en su rostro enamorado,
sentir que nos guardamos fidelidad el uno al otro
porque nuestro amor superará
y sucumbiré si tu me fallas,
deseo con toda mi alma volver a ser feliz,
volver a despertar cada día junto a mi amor,
volver a ver su sonrisa en su rostro enamorado,
sentir que nos guardamos fidelidad el uno al otro
porque nuestro amor superará
las más duras y difíciles batallas.
Oh inocente santa, préstame tu ayuda y favor,
no me dejes en el abandono y favoréceme,
cuida de mí e intercede ante tu amado esposo
para el que nada hay imposible,
y pídele que purifique los corazones
Oh inocente santa, préstame tu ayuda y favor,
no me dejes en el abandono y favoréceme,
cuida de mí e intercede ante tu amado esposo
para el que nada hay imposible,
y pídele que purifique los corazones
de mi amado y el mío,
que les devuelva la pureza del amor que sentimos,
para que se produzca el ansiado regreso
y nuestras vidas vuelvan a recobrar juntas
que les devuelva la pureza del amor que sentimos,
para que se produzca el ansiado regreso
y nuestras vidas vuelvan a recobrar juntas
el camino de la felicidad.
Amada Santa Inés,
Amada Santa Inés,
que sea tu pureza virginal,
el amor de Dios en ti,
el amor de Dios en ti,
el que me ayude a recobrar el mío,
y así también pueda obtener de nuevo
y así también pueda obtener de nuevo
el amor a la vida, la alegría
y la felicidad que tanto ansío.
Con tu ayuda lo lograré,
y quedaré en deuda contigo,
siendo tu más fiel devoto (a)
y llevándote en mi corazón
por el resto de mis días.
Amén
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