Si quieres tener una noche de conquista, tu mejor aliada es la luna. Si tu deseo es potenciar el impulso y la potencia sexual, la poderosa magia gitana aconseja que no salgas a un encuentro amoroso sin llevar en cada uno de sus bolsillos una pequeña bellota y unos granos de anís estrellado. Dichos elementos deberán renovarse a cada salida.
Tomaremos la precaución de deshacernos de los ya usados arrojándolos en la tierra de un parque o alcantarilla antes de entrar nuevamente en el domicilio.
Lo ideal es que en la casa tengamos preparada una pequeña cajita de madera con las bellotas y otra con el anís estrellado. Las bellotas deberán estar mezcladas con granos de pimienta verde y el anís con clavo de especia. De esta manera siempre estarán dispuestos y «cargados» convenientemente para ser utilizados.
Antes de salir de casa, asegúrate de poner a la luna a tu favor. Prende una vela blanca y recita el siguiente poema:
esparce ya moribundo,
diciendo «Adiós» a este mundo
que pronto abandonará,
al contemplar apagados
sus vivísimos fulgores,
el astro de los amores
la noche iluminará.
la antorcha de los espacios
tras sus huellas de topacios
deja ráfagas de luz;
Iluminando la esfera
con sus pálidos destellos,
sobre sus cambiantes bellos
se extendió negro capuz.
Cobra la noche su imperio
tendiendo su negro manto,
y el corazón con espanto
contempló la oscuridad:
tendiendo su negro manto,
y el corazón con espanto
contempló la oscuridad:
Sin descifrar el misterio
que con la sombra desciende,
pues la mente no comprende,
el caos de la Eternidad.
Níveo velo trasparente
empaña el azul del Cielo,
tibia sombra de consuelo
que ansiosa miré crecer:
Extendióse hasta mi frente
antes triste y abatida,
devolviéndole a mi vida
sus recuerdos de placer.
Yo te adoro, Luna hermosa
por tus pálidos fulgores;
porque tu faz sin colores,
vierte tenue claridad:
De tu bóveda espaciosa
sembrada de mil brillantes,
Proteges a los amantes,
y alumbras la inmensidad.
Cándida, ¡fulgente luna!
Cándida, ¡fulgente luna!
lumbrera del Paraíso,
presente que Dios nos hizo
como gage de su amor:
Reflejando en la Laguna,
tu diadema plateada,
parece ser retratada
por celeste encantador.
Cuando la noche sombría
Cuando la noche sombría
sucede a tus resplandores,
cuando dejas a las flores
en completa oscuridad:
Cuando ya tu faz no envía
ni un rayo de luz divino.
¿Cuál es, dime, tu camino?
¿Dónde está tu claridad?
¿Corres acaso afanosa
de tu Eudimion a los brazos?
¿Olvidas en tiernos lazos
al desgraciado mortal?
¿O subes majestuosa
a la mansión de lo bello,
por recibir un destello
de vislumbre celestial?
En vano saber deseo
En vano saber deseo
esa ruta misteriosa
que recorres silenciosa,
por ignorada mansión:
Pues aunque miro, no veo
mas allá de blancas nubes,
mientras tú tranquila subes
sin reparar mi aflicción.
Adiós, norte de mi vida:
testigo de mis amores,
consuelo de mis dolores.
Lleva un recuerdo de mí
hasta mi amiga querida,
allá en mi patria adorada,
y dile que está grabada
su blanca imagen en ti.
¡Salud Luna plateada!
¡Salud Luna plateada!
Fanal de la noche hermoso:
astro bello y luminoso,
adorno de la Creación:
Porque es tu luz argentada
puro trasunto del Cielo,
que cubre cual blanco velo
al ángel de la Oración.
Que disfrutes de la noche y que la luna te sea propicia!!
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