EL hombre ha estado fascinado por el misterio de la vida y la muerte, y el misterio de la naturaleza desde el inicio de su existencia en este planeta, o al menos desde que en su mente apareció la primera luz de conciencia. Los primeros indicios acerca de la preocupación del hombre por la vida eterna se encontraron en sitios de entierro neandertales en La Ferrasie, al Sur de Francia, que se cree datan de al menos cincuenta mil años.
El cráneo de un niño fue descubierto en una tumba primitiva bajo un bloque de piedra que en su parte inferior tenía un grabado que sugería propósitos mágicos o religiosos. Otros descubrimientos arqueológicos en Europa muestran que los neandertales tenían una especial consideración por el entierro de sus muertos, que a menudo eran rodeados con herramientas de pedernal de diferentes tipos. Esto parece indicar que el hombre neandertal creía que los objetos enterrados con el muerto serían de su utilidad durante la vida eterna. A medida que el hombre poseía más inteligencia y autoconciencia, disminuía el interés por lo supranatural.
El hombre de Cro-Magnon, que vivió durante el período Paleolítico Superior (hasta hace diez mil años), decoraba sus difuntos y los enterraba con diversos implementos. El Hombre de Cro-Magnon no limitaba su interés por lo sobrenatural sólo lo referente a la vida eterna, y la mayoría de sus actividades diarias estaban asociadas a prácticas religiosas y mágicas. Pinturas en cavernas encontradas en Europa, tales como las de Altamira en España y Lascaux en Francia, que muestran animales atravesados con lanzas y flechas, son claramente parte de rituales mágicos basados en la creencia que las escenas dibujadas sobre las paredes de las cavernas se convertirían en realidad durante la cacería.
Los eruditos creen que las pinturas eran parte de ritos mágicos, ya que no estaban localizadas cerca a las entradas de las cuevas sino muy adentro de ellas, donde no podían ser fácilmente encontradas. La timidez del hombre primitivo no puede ser asumida como la causa de tal secreto, sino más bien el temor al descubrimiento y la represalia por parte de los animales que ellos buscaban para cazar.
Tal vez la pintura que ha despertado mayor interés entre los antropólogos es la descubierta en la caverna de Les Trois Fréres, en el Sureste de Francia. La pintura muestra una criatura compuesta de partes de un hombre y varios animales. La figura, que ha sido llamada El Hechicero, tiene la barba, las piernas y los pies de un ser humano, los cuernos de un ciervo y la cabeza y torso de otros animales. Nadie puede decir con seguridad si la criatura representa un mago con un traje de animal o un ser sobrenatural, pero los antropólogos están de acuerdo en que indica una entidad mágica.
Durante la era paleolítica la mayor preocupación del hombre debe haber sido la búsqueda por alimento. El ritual mágico era probablemente usado para asegurar el éxito durante la cacería. El hombre paleolítico creía que al pintar animales cazados sobre las paredes de las cavernas, tendría el poder para vencerlos en la cacería real. Ya que varios de los animales representados en las pinturas aparecían sin heridas y eran mostrados en estado de gestación, lucía obvio para los antropólogos que la fertilidad era también un objetivo en los ritos mágicos del hombre primitivo. Por consiguiente, se sugirió que muchas de las pinturas de las cavernas estaban destinadas a incrementar el número de animales cazados además de la población humana.
Aunque esta interpretación ha sido criticada por muchos eruditos, es la explicación generalmente aceptada para este tipo de arte dentro de las cuevas. El uso de cuevas en los rituales mágicos se remonta al período Moustiriano, hace cerca de 40.000 años a. de C. En la caverna Guattari, sobre el monte Circeo en Italia, fue descubierto un cráneo humano rodeado por un anillo de piedras, lo cual mostraba aparentemente que fue parte de un rito mágico.
Hay más ejemplos del uso de cavernas para magia ritual en períodos posteriores. Se cree que las cuevas eran consideradas como entradas a un mundo superior. Por ejemplo, la antigua Creta, tenía muchos santuarios en cavernas que eran usados para el culto de la diosa madre. En la India, China y Egipto, hay majestuosos templos usados para la adoración de los antiguos dioses.
En Roma, se creía que la caverna Lupercal era el refugio de Rómulo y Remo. El dios persa Mitra fue adorado en Cuevas y se creía que Zeus había nacido dentro de una caverna en Creta. Se piensa también que Cristo fue enterrado en una caverna. Es interesante ver que las cuevas eran sitios de entierro favoritos en las sociedades primitivas.
Con lo anterior podemos ver que la magia y la religión eran marcadamente una forma de vida para el hombre primitivo, y que la creencia en lo sobrenatural es tan antigua como la conciencia humana. Tanto la magia como la religión se han descrito como un intento de relacionarse con lo sobrenatural; ambos campos tienen que ver con rituales y sacerdocio, la diferencia es mucho menor a lo que cualquiera podría esperar.
La religión ha sido definida como cualquier sistema específico de creencia, culto y conducta, que a menudo involucra un código de ética y una filosofía; como ejemplos tenemos el Judaísmo, el Cristianismo y el Budismo.
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