¿QUÉ ES LA MAGIA?


La magia es un sueño hecho realidad, una oración respondida, un objetivo realizado. Es también un niño recién nacido, los pétalos de una rosa, una sinfonía de Beethoven. La magia abarca muchas cosas, pero por encima de todo es un acto de creación.

Un diccionario estándar define magia como "el arte que pretende producir efectos de control sobre los acontecimientos por medio de encantos, hechizos y rituales supuestos a gobernar ciertas fuerzas naturales y sobrenaturales".

Las palabras "pretende" y "supuestos" representan la cautela y a menudo la actitud escéptica que muchas personas educadas adoptan respecto a la magia. Esta es la parte del mito que afirma que solamente los que son ignorantes y no tienen educación creen en lo sobrenatural.

Las sociedades primitivas, como por ejemplo las formadas por los aborígenes australianos o los indígenas suramericanos, comparten la creencia en la magia con algunas de las más grandes mentes de todos los tiempos. Pitágoras, Leonardo da Vinci, Isaac Newton y René Descartes son solo unos pocos ejemplos de los más importantes eruditos que creyeron en la magia y practicaron artes mágicas. Muchos de los trabajos de Shakespeare están delicadamente entretejidos con creencias mágicas. Sigmund Freud era notoriamente supersticioso, y Carl Gustav Jung hizo un estudio de la magia, tan serio y profundo, que muchos de sus detractores lo acusaron de incursionar exageradamente en el misticismo. Para Jung la magia conseguía una percepción de la realidad a través de los niveles intuitivos e inconscientes de la mente. Creía que "hay una dimensión del ser humano que no es exterior a nosotros, en el sentido que puede ser dirigida y manejada en forma tangible; está en nuestro interior...

Es la base de los métodos esotéricos del pasado...

Las personas que no entienden esto, y no tienen en cuenta los argumentos que soportan tal idea, piensan que todo esto se trata de simples supersticiones.

La magia como materia de estudio estuvo por mucho tiempo fuera de la esfera del interés académico. Durante muchos siglos fue rechazada por considerarse indigna para un estudio científico e ir en contra de la religión y el orden social. Esta idea no fue adoptada como cierta por parte de los eruditos modernos, que reconocían la magia como un concepto importante para entender el desarrollo espiritual, mental y social del hombre. Debido a tal reconocimiento, la magia está siendo reevaluada cuidadosamente por la ciencia, especialmente en las áreas de la antropología, sociología, y más específicamente en la psicología.

Como resultado de este renovado interés, muchas de las principales universidades americanas están ahora ofreciendo cursos sobre ocultismo, misticismo, y artes relacionadas como la hechicería, la astrología y la meditación.

El interés del antropólogo en la magia es básicamente descubrir la fuente de creencias y rituales, y explicar cómo se relacionan con el desarrollo general del hombre. Por ejemplo, un ritual mágico para el amor escrito detalladamente en los grimorios medievales, tales como La clavícula de Salomón, podría haberse originado en Asiria, donde fue usado para producir lluvias. Los diversos elementos de los rituales podrían entonces remontarse a miles de años atrás antes del uso de los rituales que buscaban fertilidad. Esto indica que para el hombre, el amor, la lluvia y la fertilidad estaban ligados irrevocablemente a él, y tal vez compartían el mismo significado en su inconsciente.

También podría suministrar una pista de cómo la magia fue transmitida de una cultura a otra, a menudo abarcando miles de años y viajando de un extremo de la tierra a otro.

Este interés por la magia en diferentes partes del mundo también llama la atención a los sociólogos, los cuales estudian la transmisión de conocimiento entre culturas, y la formación y el desarrollo de las sociedades humanas. Tal vez la psicología moderna es la ciencia que más se beneficia de los aún no revelados pero prometedores secretos de la magia.

Un estudio intensivo de las diversas artes mágicas puede revelar que los llamados poderes sobrenaturales del mago son en realidad el resultado de un cuidadoso desarrollo de las fuerzas del inconsciente que están presentes en todos los seres humanos. Un entendimiento adecuado y la canalización de estos impulsos del inconsciente podrían dar como resultado grandes beneficios para la humanidad.

Ha sido reconocido por la psicología moderna que detrás del entendimiento consciente de los seres humanos y los animales, hay una fuerza o energía instintiva llamada id por Freud y libido por Jung. Esta energía pasa de la mente inconsciente a la consciente, y se manifiesta en lo que conocemos como instintos básicos, que son el instinto de autoconservación o voluntad de vivir, el instinto sexual o voluntad de procrear, y el instinto a estar en grupo o deseo de socializar.

Jung reconoció un cuarto impulso, que llamó el instinto religioso. De acuerdo a él, esta fuerza da el equilibrio que permite al hombre controlar y dirigir sus impulsos más básicos. Es también la energía que acompaña al complejo sistema moral humano.

El deseo del hombre por descubrir las verdades de la naturaleza, la necesidad de definir su relación con el universo y su creencia en la existencia de Dios, son expresiones del instinto religioso. No debemos confundir los términos instinto religioso con un impulso real del hombre hacia lo conocido como religión organizada; el instinto implica una conciencia o entendimiento de la realidad que se extiende más allá del mundo físico de los sentidos, hasta un mundo de sustancias no físicas o espirituales, un conocimiento que no es basado en la evidencia material, pues sólo existe gracias a la fuerza intuitiva.

Tanto la magia como la religión son expresiones del instinto religioso. Sin embargo, hay una gran diferencia entre las dos disciplinas; la religión exhorta al hombre para que supere sus impulsos más elementales y alcance un mundo espiritual, desdeñando las tentaciones materiales. Esto a menudo origina una represión de los impulsos primordiales del hombre, que fueron diseñados por la naturaleza para prolongar su vida y aumentar sus posibilidades de sobrevivir.

Por ejemplo, la represión ante el sexo es una de las principales admoniciones de la religión; pero el instinto sexual es también la salida de la creatividad en el hombre, y por consiguiente su restricción frecuentemente da como resultado un ahogamiento de estos impulsos creativos, que guían a la depresión y la ruina. Igualmente, el instinto de autoconservación y el deseo por socializar son minados por las exhortaciones de la religión que van en contra de los placeres mundanos.

Por otro lado, la magia reconoce el vínculo indisoluble del hombre con la naturaleza, y en lugar de restringir sus instintos, busca desarrollarlos y mezclarlos con la poderosa unidad conocida como fuerza de voluntad. En la magia, las energías instintivas de los impulsos básicos pueden concentrarse en un poderoso dínamo que luego puede ser usado para hacer realidad los deseos conscientes del hombre. El secreto de la magia radica dentro del inconsciente, y todos los poderes sobrenaturales del mago son sólo manifestaciones de los instintos elementales, utilizados y dirigidos a través de su fuerza de voluntad.


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