Esta técnica es usada por los yoguis, alquimistas y cabalistas. Los yoguis la usan estrictamente como una manera de unirse a lo divino, y no la desarrollan para propósitos prácticos. El cabalista y el alquimista también la utilizan con la misma intención, pero a menudo lo hacen para manifestar sus deseos.
En el yoga tántrico un hombre y una mujer que realmente se aman son instruidos en el método preparado cuidadosamente para las relaciones amorosas.
Antes de su unión comen alimentos especiales, se visten con hermosas túnicas y usan joyas finas. La mujer luego adopta una posición que hace fácil a su compañero entrar en su cuerpo. Luego que la unión es realizada, permanecen juntos por cierto período de tiempo, usualmente treinta minutos, aunque puede ser mucho más. Ahora ambos deben hacer un esfuerzo consciente para no alcanzar el orgasmo; si lo hacen, el rito es considerado estéril.
Mientras están juntos, relajados y en paz, permiten que su amor mutuo se mezcle y armonice, manteniendo sus mentes todo el tiempo unidas con su yo superior. Si el rito es controlado y bien conducido, llega el momento en que logran un éxtasis que supera enormemente el orgasmo normal. Poco después se separan y duermen, satisfechos y en total armonía con Dios y con ellos mismos.
La cábala enseña que en el momento de la unión sexual el principio femenino de Dios flota sobre la cama matrimonial. Este ser divino conocido como la Matrona, no es más que el aspecto de Dios llamado Jehová el creador, del capítulo dos del Génesis. El hombre puede alcanzar la unión total con Dios sólo a través de las relaciones sexuales. Este es uno de los secretos más celosamente guardados por la cábala.
Debido a que Dios está compuesto de dos principios, masculino y femenino y ya que están unidos para siempre en perfecta armonía, el hombre debe también esforzarse por alcanzar la mejor armonía sexual con una mujer —su amada, su esposa—. De acuerdo a la Cábala, un hombre o una mujer que nunca ha estado en unión sexual con un miembro del sexo opuesto no podrá nunca entrar en contacto con Dios.
A causa de la sanidad que implica una unión sexual, el sexo sin amor es aborrecido por los cabalistas. Aquí también yace la razón por la cual los antiguos hebreas se casaban tan jóvenes; sólo en la cama matrimonial el hombre puede alcanzar lo divino.
Durante unas relaciones sexuales perfectas entre una pareja que realmente se ama, la matrona desciende y se materializa en la mujer y disfruta con ella los placeres de la unión física.
Por otro lado, los alquimistas veían la unión sexual como una forma de química espiritual. El hombre era llamado el león rojo y la mujer águila blanca. El elixir o sangre del primero representaba la esencia del orgasmo masculino. Los efluvios del león rojo y la águila blanca eran conocidos como la materia inicial, la creación original. Contrario a los yoguis, los cabalistas y alquimistas consideraban el orgasmo como parte esencial de las relaciones sexuales. Se creía que el gran éxtasis producido por él unía al hombre con Dios.
El mago usa la magia sexual como medio para alcanzar sus principales objetivos. Para dicho propósito debe tener la participación y cooperación de una pareja apropiada. Juntos deciden una meta final y luego proceden a alcanzarla a través de relaciones sexuales mágicas. Los dos miembros de la pareja deben conocer el método, y al menos uno debe ser un mago iniciado. También es necesario que se quieran mutuamente; el sentimiento verdadero es el ingrediente mágico de la unión.
Durante las relaciones amorosas la pareja debe esforzarse por detener el orgasmo el máximo tiempo posible. Aquí una técnica yoga es útil para el hombre; si siente que su orgasmo es inminente, puede detenerlo enrollando la lengua sobre el paladar y dejando de respirar unos cuantos segundos. Esto retrasará el momento del orgasmo por algún tiempo. A lo largo de toda la unión del amor, el hombre y la mujer deben tratar de identificarse con Dios, con su respectivo yo superior.
Cuando ambos sienten esta unión divina pueden relajarse y disfrutar la sensación del orgasmo. Cuando llega este momento los dos deben concentrar sus pensamientos en su objetivo material, para luego enviarlo con el éxtasis presente hacia las profundidades de sus mentes inconscientes. Si la pareja está en armonía mutua, sus deseos se harán realidad en el mundo material.
La magia del amor es el as en la manga del mago. Naturalmente, puede ser pervertida y usada para propósitos malos. Por esta razón es considerada un arma mágica realmente fenomenal.
El elixir que resulta de la unión de los fluidos del hombre y la mujer después del orgasmo es usado en magia como un potente catalizador que puede satisfacer cualquier deseo fácilmente. Por ejemplo, la eficacia de una carta importante puede ser asegurada si se moja ligeramente el papel y el sobre con dicho fluido.
Igualmente, el dinero puede conseguirse fácilmente usando esta mezcla sobre peticiones de préstamo o cualquier solicitud de dinero. Si se toma internamente, una práctica recomendada por magos y alquimistas experimentados, beneficiará realmente la salud, la suerte y cualquier tipo de actividad.
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