LOS LIBROS SAGRADOS Y PROFANOS

En muchas religiones y sistemas filosóficos hay elementos de magia que pueden ser aplicados a trabajos prácticos si puedes entender sus enseñanzas ocultas. Hay un sistema práctico de magia entretejido en tratados como el Bhagavad Gita, los Vedas, el Antiguo y Nuevo Testamento, y muchos otros. 

Si observamos las religiones del mundo, podemos notar fácilmente que hay casi una docena de sistemas religiosos de gran importancia que influencian la magia actualmente. Además, estas religiones han sido fraccionadas en muchas sectas disidentes que agregan más confusión a las discusiones teológicas. Sin embargo, las principales enseñanzas de cada fe permanecen intactas e inviolables. 

Estas enseñanzas están incorporadas en los libros sagrados de cada religión con el objetivo de ser transmitidas de generación en generación. La literatura religiosa del mundo está concentrada en grandes trabajos que representan los credos esenciales de las principales religiones. Con base en las enseñanzas preservadas en estos libros, se han desarrollado muchos sistemas complejos de ceremonias mágicas y religiosas a través de los siglos. Dentro de estos volúmenes yace la sabiduría de los antiguos; sus verdades son de hecho la única verdad que proclama la unidad entre Dios y el hombre.

Sin embargo, los libros sagrados solamente dan a las masas conocimiento exotérico y teórico, y reservan las enseñanzas prácticas o esotéricas para los iniciados. Algunos de estos secretos esotéricos, que fueron transmitidos sólo oralmente, de algún modo escaparon del juramento del sacerdocio y, en la Edad Media, aparecieron en forma de grimorios. 

Estos libros, autoproclamados como tratados de magia trascendental, eran una curiosa mezcla de lo sagrado y lo profano. Eran un compendio de fragmentos de creencias persas, hebreas y cristianas, que formaban un gran cuerpo de literatura mágica aún vigente. Los siguientes son probablemente los más famosos grimorios medievales. 

1. La gran clavícula de Salomón (Lemegeton) 

2. La clavícula menor de Salomón (Goetia) 

3. El arbatel de magia 

4. Theosophia pneumatica 

5. El enchiridion del Papa Leo 

6. La espada de Moisés 

7. El arte de la Paulina 

8. El almadel 

9. Los cuatro libros de Cornelio Agripa 

10. Heptameron 

11. Grimorium verum 

12. Gran grimorio 

13. El grimorio del Papa Honorio 

14. La gallina negra 

15. El libro de Alberto Magno.

Estos libros combinaban fascinantes tradiciones ocultas con las más disparatadas tonterías infantiles. Sin embargo, sus enseñanzas e instrucciones fueron leídas y a menudo llevadas a la práctica, en ocasiones con resultados asombrosos. Los grimorios daban información detallada sobre la jerarquía de los espíritus, tanto infernales como divinos. Mencionaban amplia y elocuentemente formas y sellos de espíritus, y generalmente daban la impresión de que éstos antes eran tan reales como el ser humano. Por ejemplo, Arbatel de magia introdujo el ritual de los espíritus olímpicos "que moran en el firmamento y las estrellas" y entre los cuales se distribuye el gobierno del mundo. De acuerdo al Arbatel hay 196 provincias olímpicas en todo el universo, regidas por los siete espíritus olímpicos que también gobiernan siete planetas de los antiguos.

Las provincias son bastante visibles, según el Arbatel, y se cree que los siete múltiplos de siete indican poderes y cargas. También se dice que los espíritus olímpicos gobiernan alternamente, cada uno por un período de 490 años. Los poderes que poseen estas inteligencias son inmensos; rigen naturalmente determinados sectores y operaciones del mundo material y también desarrollan los mismos deberes mágicamente. De este modo, Och, el espíritu solar, es responsable de la formación del oro en el planeta tierra, pero también puede crear este metal en un instante por medio de sus poderes mágicos.  

Los sellos o sigilos de los siete espíritus olímpicos son usados durante su evocación en ceremonias mágicas. El procedimiento usual es dibujar el símbolo con tinta mágica sobre un trozo de papel pergamino. Los sellos son algunas veces grabados en un disco de metal atribuido al espíritu evocado y al planeta correspondiente. Los poderes y las cargas de los siete espíritus olímpicos pueden ser perfilados como sigue:

Aratron gobierna las cosas atribuidas astrológicamente a Saturno. Puede convertir en piedra cualquier organismo viviente, planta o animal, en solo un momento; tiene la capacidad de transformar carbones en tesoros y viceversa. Además conforma espíritus a los hombres, enseña alquimia, magia y medicina. El metal asociado con Aratron y Saturno es el plomo. 

Los asuntos de Júpiter son administrados por Bethor, quien responde rápidamente cuando es llamado. La persona que tiene su sello puede ser exaltada a posiciones ilustres y obtener grandes tesoros. Conforma espíritus del aire al hombre para que den respuestas verdaderas, transporten piedras preciosas y elaboren medicinas que tienen efectos milagrosos. Bethor también concede espíritus del firmamento y puede prolongar la vida hasta setecientos años, sujeto a la voluntad de Dios, una capacidad que requiere cautela. El metal asociado con Bethor y Júpiter es el estaño. 

Phaleg gobierna las cosas atribuidas a Marte. La persona que posee su sello es llevada por él a grandes honores y asuntos militares. El metal asociado con este espíritu y Marte es el hierro. 

Los intereses solares son manejados por Och, que prolonga la vida a seiscientos años con perfecta salud. Imparte gran sabiduría, cede excelentes espíritus, crea medicinas perfectas, convierte cualquier sustancia en el más puro de los metales o en piedras preciosas. También otorga oro y hace que el poseedor de su sello sea adorado como un dios por los reyes del mundo entero. El metal asociado con Och y el sol es el oro.

El gobierno de los intereses venusianos es confiado a Hagith, y la persona que posee su sello es adornada con toda la belleza. Convierte cobre en oro y, oro en cobre instantáneamente; también concede espíritus fieles y serviciales. El metal relacionado con Hagith y Venus es el cobre. 

Ophiel es el regente de las cosas atribuidas a Mercurio. Da excelentes espíritus, enseña todas las artes, y permite que el poseedor de su sello transforme rápidamente el mercurio en la piedra filosofal. El metal asociado con Ophiel y Mercurio es el mercurio. 

Los intereses lunares están bajo el gobierno de Phul, que realmente transmuta todos los metales en plata, y provee espíritus de agua que sirven al hombre corporalmente. También prolonga la vida trescientos años. El metal asociado con Phul y la luna es la plata. 

Las legiones de espíritus inferiores son comandadas por cada uno de los gobernadores, que también rigen reyes, princesas, presidentes, duques y ministros. 

La magia ceremonial usualmente maneja las jerarquías en gran escala. La invocación a los gobernadores es simple, se desarrolla en el día y la hora del planeta que corresponde a la inteligencia olímpica por medio de esta oración: 

"Oh Dios Eterno y Omnipotente, que has ordenado toda la creación para Tu alabanza y Tu gloria, como también para la salvación del hombre, Te suplico que envíes Tu espíritu... de la raza solar, que él puede instruirme sobre las cosas que deseo para pedirle [o que él puede traerme medicina, etc.]. Sin embargo, no se hará mi voluntad, sino la Tuya, a través de Jesucristo, Tu hijo, quien es nuestro Señor. Amén."

A menos que el espíritu, en palabras de Robert Turner, sea "familiarmente adicto" al operador, no debe ser retenido por más de una hora y en cualquier caso es necesario despedirlo como sigue: 

LA DESPEDIDA 

"Por haber venido en paz y tranquilidad, y respondido a mis peticiones, doy gracias a Dios, en cuyo Nombre tú viniste. Ahora puedes irte en paz a tu propia esfera; pero vuelve a mí otra vez, cuando te llame por tu nombre, o por tu esfera, o por tu oficio, concedido por el Creador. Amén. 

[Luego agregue:] 

"No te des prisa con tu boca, ni tu corazón se apresure a proferir palabra delante de Dios; porque Dios está en el cielo, y tú sobre la tierra; por tanto sean pocas tus palabras. Porque de la mucha ocupación viene el sueño, y de la multitud de las palabras la voz del necio".